Hace unas semanas Natalia Gómez del pozuelo (@NataliaGomez_es) escribia en
su blog “De mileuristas a milenistas”. A su vez hace referencia a Sergio Fernández (Pensamiento
Positivo). El
artículo explica que las nuevas generaciones (los milenistas) deben abordar un
cambio de paradigma laboral, basado en una nueva actitud ante el trabajo. Los
jóvenes, más que un empleo, buscan un propósito vital, basado en la autonomía, la colaboración, creatividad y
flexibilidad.
Al leerlo, rápidamente advertí la conexión con la ética hacker
del trabajo, dónde la libertad, la
pasión y la colaboración, son algunos de los valores más apreciados por las
personas. Todo ello, me hizo recordar un ejercicio que realicé hace un tiempo y se concretó en la siguiente
gráfica:
Fuente: Base de Datos Macroeconómicos de España (BDMACRO Mayo 2011)
En esta se
refleja el crecimiento acumulado del PIB’s desde los 80’s, , y el salario per
cápita para obtenerlo. Se observa que a partir de los 90’s una importante
divergencia entre el salario pagado a una persona y lo producido. Es decir, la
riqueza (PIB) no ha revertido en los asalariados. Un hecho conocido por muchos,
ya que lo han sufrido en sus propias carnes.
Llegados a este
punto, ¿qué hacer?. No veo más opciones que cambiar el sistema o como dice el refrán
“Si no puedes con ellos, únete”. Analicemos la tendencia. Un asalariado medio
en España está abocado a perder más y más poder adquisitivo. La consecuencia es
obvia, cada vez existirá más diferencia entre, ricos y pobres. Según explican Ontiveros y Guillen en "Una nueva época" , éste será uno de los grandes retos del siglo XXI ("Desde principios del siglo XXI ha disminuido
la desigualdad en la distribución de la renta entre los países. Al mismo
tiempo, ha continuado aumentando la desigualdad dentro de cada país, lo que
está planteando difíciles problemas políticos y sociales por igual en los
países desarrollados y en los en vías de desarrollo"). Así, aunque
nuestra economía crezca, la capacidad económica de las clases medias se irá
igualando a la de los países emergentes.
No quedar
atrapado en esta tendencia requiere dejar de ser un asalariado y emprender un
camino propio, pasando a ser dueño de tu propia producción. Es decir o creamos
una empresa, nos convertirnos en empresarios de nuestro talento. Pues bien,
este camino entraña un peligro social. Los neoconservadores más radicales,
estarían felices de abolir los derechos laborales, que tanto sufrimiento costó
ganarlos. Las grandes corporaciones, presionarían sobre el precio de los
servicios profesionales, al igual que ocurre con las subcontrataciones y/o
suministro que solicitan actualmente a las PYMES. Con ello, no solo se
mantendría la tendencia actual, sino que generaría inestabilidad social, y una
vuelta a la radical lucha de clases, entre los detentadores del talento y los
medios de producción. Desgraciadamente, hay muchas empresas predican la retención del talento, sin recompensar los
frutos que genera. Así pues, en caso que la sociedad decida
emprender esta vía de autoempleados o freelancers , se deberá desarrollar
legislación que aporte más cobertura social a estos trabajadores de forma que
se vertebre una sociedad equitativa.
Tal y como
desarrollo en “La corporación hacker”, hay otros modelos posibles,
siempre que las empresas adapten su objeto y actividad a los valores de la
sociedad en que se integran. La actual estructura corporativa es una organización incoherente,
anclada todavía en una ética obsoleta. Los verdaderos cambios de innovación
social deberán partir de las corporaciones, antes que formar parte de la
estructura del Estado, ya que las empresas y sus efectos tienen más influencia
en los individuos y la sociedad que el propio Estado. La crisis actual es
prueba de ello, donde observamos que la política es capaz de resolver los
problemas económicos.
En conclusión podemos resumir que:
·
El paradigma
social está evolucionando hacia un comportamiento acorde a la ética hacker. Las
personas quieren vivir su tiempo con
libertad y pasión.
·
La actividad
laboral no puede escapar a esta forma de vivir y pensar, y por ello es preciso
un cambio en las actuales estructuras de trabajo.
·
Los
individuos pueden obtener su libertad mediante el auto- emprendimiento, pero
una sociedad basada en el auto-empleo no será sostenible, si las empresas no
cambian.
·
Es preciso
desplegar un modelo de empresa que sea coherente con los valores del hackerismo
dónde se pueda desarrollar el talento de forma plena.
Los momentos de cambio que nos toca vivir, llevarán consigo una
reestructuración del sistema en todos los ámbitos, político, social, y también
laboral. Evitar el colapso de la desigualdad esta en nuestra mano. Adaptarse o
morir.
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