Siguiendo con la
teoría que la política debe orientarse a la ejecución de proyectos concretos,
vinculantes y abordables. El nuevo y prometedor partido X ha elaborado un programa político de 4 únicos puntos (Transparencia, WikiGobierno,
Derecho a voto real y permanente, Referéndum obligatorio y vinculante).
El partido X, es
un partido, y no lo es (todo en uno.). Lo es, porque se ha inscrito en el
registro como tal y porque su actuación se encamina a tomar partido por una
opción política. Sin embargo, sus detractores, anclados en antiguos paradigmas,
dicen que no es un partido porque no dan su opinión en asuntos ideológicos,
como economía, asuntos sociales, etc… Claro, porque de eso... HABLARAN LOS
CIUDADANOS, darán su opinión y se ejecutarán las políticas que el pueblo
termine por decidir.
Yo percibo el
partido X como un proyecto de infraestructura, la apertura y organización de un
potente canal de comunicación. Es el
desarrollo de un proyecto (político) que será usado por todo el mundo y que una
vez entre en nuestras vidas, nadie querrá abandonar. Lo mismo que ocurrió con
el uso del teléfono móvil. Al principio, existían escépticos de su utilidad.
Hoy quien no tiene un móvil es un outsider, respetable, pero algo asocial. Los
críticos del partido X, le hubiesen dicho a Graham Bell que un aparato usado
para hablar con la habitación de al lado, no sirve para nada.
La política como
proyecto no es un concepto nuevo. En Estados Unidos, dónde el apoyo a un
político está ligado a sus votantes directos, un activista de una causa
específica puede llegar al Congreso o el Senado con el único objetivo de
defender dicho proyecto. Reivindico este concepto.
Hoy día, la
acusación más común en el debate político es “demagogo”. La razón principal es que los programas o las
opiniones suelen transitar por el mundo de la ideas y no están sustentadas por
un plan de ejecución estudiado y con suficiente grado de viabilidad.
Parafraseando el lema: ¡ Se podría ,
pero no se intenta.!.
Por otra parte,
los políticos han olvidado lo que decían los viejos del lugar: ¡Quien mucho
abarca, poco aprieta!. Adoran las mayorías, y deben contentar a todos. Por eso
han de tener respuestas para todo, vagas, difusas, pero para todos. Prefieren
que se equivoque el ciudadano que el partido. Con ello, definir tiempo, alcance
y coste (los tres vértices de un proyecto) es imposible. Eso implica poner
límites y gestionar expectativas, implica negociar y acordar con el contrario,
eso, no les gusta.
Es preciso poner
el foco en lo que se debe hacer, y lo que se puede, definir fases y comenzar a
ejecutar. El partido X está en eso. Han comenzado a definir un plan. Es
ambicioso pero concreto. De momento se trata de construir el recipiente de la
nueva democracia. Entre todos lo llenaremos....
Hay otros proyectos,
y surgirán nuevas iniciativas para establecer la #democraciadirecta. Por ejemplo, #Reforma13 avalada por @danielordas_es
y @JuanCortizo que abogan por definir
las reformas legales que requiere implantar estos procesos en España. Al final, conseguir un éxito razonable, será preciso
converger en un foro único...el de todos.